Harta de ser una amenaza para todos, la joven intentará controlar sus poderes, y así poder volver a tocar a alguien. Pero necesitará ayuda. Culebra se presentará voluntario, pero también tiene sus propios problemas: se enfrentará a un profesor, mostrando su rebeldía. Pero sin darse cuenta de que sus actos pueden tener consecuencias graves no solo para él, si no para toda la familia. La apertura de un expediente disciplinario puede suponer que sus identidades falsas sean descubiertas.
Tampoco es que ninguno de los tres pueda pedir ayuda a sus mayores: ni a Jimena, que parece muy afectada, aunque nadie sabe porque. Ni a Mario, que se acerca cada vez más y más a Nuria, hasta el punto de encontrarse a punto de besarla.
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